top of page
blografia portada web.png

Imágenes embotelladas


Cuaderno de bitácora

Día 45 del año 1.

Comienza la andadura de un nuevo desempeño en la búsqueda de nuevas civilizaciones en este territorio inexplorado aún por el hombre y de tratar de conectar por mar con el exterior. Es el momento propicio: el viento es flojo, la mar está en calma, hay cielos despejados y dispongo de buena visibilidad.

Cómo buen náufrago isleño que soy, la búsqueda de la manera de comunicarme con el exterior es primordial para poder sobrevivir y no permanecer aislado más de lo necesario. Pero enviar mensajes al mar no es nada fácil y no siempre se me viene a la mente las frases adecuadas. Probablemente sea porque yo soy más de observar que de escribir. No lo sé. Me resulta complicado a veces ordenar las ideas en un lenguaje escrito. Tan sólo me vienen conceptos, pensamientos en las que la ortografía no importa y la gramática es totalmente subjetiva, por no decir que casi carece de reglas. Vienen de golpe, estimuladas tal vez por una imagen o una música que te asalta a la mente, a veces, ambas a la vez. El orden no es prioritario en mi lenguaje interno, sólo la interpretación de lo que me hace sentir mientras vuelo a lo largo de mi esfera mental y vital.

Por esta razón, he decidido crear un espacio dentro de mi cuaderno de bitácora, para dar rienda suelta a la imaginación audiovisual. En este espacio, tendrían cabida todas aquellas imágenes en movimiento que sean capturadas por mis retinas, tanto en mi transcurrir diario como en cualquier aventura que pudiese emprender en estas tierras o en otras más lejanas. Quizás, de esta manera, bajo el prisma de la sencillez y la humildad de mis ojos, consiga hacer llegar mensajes más complejos o elaborados. Quién sabe. La cuestión es transmitir.

El único medio de grabación con el que contaré será mi teléfono móvil, ese que siempre va con nosotros. Tranquilos, no serán videos de larga duración, sino todo lo contrario, tendrán una duración máxima de 60 segundos porque, como ya sabrás, en una botella lanzada al mar no tienen cabida mensajes muy extensos. No tengo la pretensión de convertirme en un director de cine o realizador de cortos sino todo lo contrario. Yo soy lo que soy, un músico por naturaleza y vocación, y a ello me dedico con una inconmensurable dedicación y pasión, acaparando mi tiempo casi en su totalidad. Pero, es muy cierto que desde mi adolescencia, me ha gustado explorar nuevos mundos y adentrarme a “nuevas maneras de expresión”, siempre desde una manera autodidacta, humilde y sincera. Simplemente por el hecho de compartir, no de lucimiento. Por eso, no espero que vivir atado a lanzar botellas al mar semanalmente o de manera regular. Las lanzaré cuando sienta que pueda hacerlo. No desespero por mi rescate, estoy bien en mi rincón del mundo. Aprendo a convivir conmigo mismo que ya es bastante. Un rescate apresurado podría precipitarme de nuevo al mar, y a saber a qué tierras salvajes me llevará de nuevo si no me devoran antes las bestias marinas o me sepulta el inmenso azul.

En conclusión, estas Imágenes embotelladas lanzadas al océano viajarán rastreando mis visiones, lo que nos ronda en la mente y el alma, dándonos la oportunidad de conocernos y reconocernos, de ubicarnos ante los problemas, ante los demás y ante nosotros mismos. Y que quizás, tengan la suerte de ser encontradas en alguna playa remota por un desconocido dispuesto sacar el jugo a su esencia y darle su propio significado.

Mensaje enviado.

En espera de respuesta.

Rubenson Crusoe.

22 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page